Cuando la experiencia del usuario es un factor importante en los resultados del proyecto, deberemos elaborar biografías de usuarios del producto: denominados “personas”.
Esta persona será un arquetipo acorde a expectativas, necesidades, metas y patrones de comportamiento.
Todos los productos tienen personalidades, ofertas y objetivos únicos; los usuarios también son únicos. Es imperativo que estudiemos a estos usuarios y analicemos sus días habituales, estilos de vida, patrones de comportamiento y más, para poder crear algo destinado a su uso.
Algunos elementos al momento de definir a una persona
Nombre
Nombrar a la persona agrega contexto y ayudará al equipo a recordar información importante, particularmente si el nombre alude a cierto detalle. A medida que hablan de esa “persona”, se vuelve más real, adquiere más características e informa las decisiones de diseño e implementación.
Comportamiento actual
¿Qué hace en su tiempo libre? ¿Tienen pasatiempos relevantes para el diseño de productos? ¿Cómo afecta su estilo de vida a sus elecciones y decisiones?
Puntos de dolor
Estos puntos débiles aluden a la experiencia del producto. ¿Qué es lo que el usuario no puede hacer hoy? ¿Qué lleva demasiado tiempo, demasiados pasos o es demasiado confuso?
Objetivos
¿Cuáles son los objetivos de la persona al utilizar el producto? ¿Es para ahorrar tiempo? ¿Ahorrar dinero? ¿Se ve bien? Cada persona debe tener de 3 a 4 objetivos. Una persona con más de cuatro objetivos no es lo suficientemente específica y no será tan útil.
Un punto fundamental a tener en cuenta al momento de crearlas es que las personas no son:
- “roles de usuario” (como vendedor, administrador, etc.) definidos principalmente en términos de tareas o descripciones de puestos;
- “segmentos de mercado” (como “18-25 años que hacen ejercicio”) definidos principalmente en términos de atributos demográficos.
Al crear personas los equipos pueden construir una conexión más fuerte con el usuario, lo que significa mejores productos sin desperdicio.